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Autoconocimiento y autoconciencia, la importancia para el emprendedor

El activo más importante de tu negocio eres tú. Las necesidades y demandas del usuario cambian y nuestro producto puede iterar, pero la única constante en la vida de un emprendedor es la propia persona. Conocer nuestras aptitudes, aprovechar las fortalezas y minimizar las debilidades, ese es el objetivo a perseguir. 

Lo cierto es que vivimos en una era en la que lanzar nuestro propio negocio es una práctica habitual que a menudo se ve como una herramienta para poder desarrollar nuestro potencial.

Sin embargo, existen dos factores relevantes a tomar en cuenta cuando emprendemos: autoconocimiento y autoconciencia. 

Muchos definen al autoconocimiento como un proceso constante en el que reconocer nuestros valores y capacidades, intereses y posibilidades. Y la autoconciencia, en cambio, hace referencia a tener una profunda comprensión de las emociones, fortalezas, debilidades, necesidades y motivaciones de cada uno.

La importancia que se debe dar a estos dos conceptos en el desarrollo del emprendimiento es vital, ya que son aspectos cruciales para alcanzar el éxito.

Además de conocerse a nosotros mismos también es importante tener un amplio conocimiento del negocio, conocer el mercado, pero sobre todo, tener la capacidad para gestionar las relaciones interpersonales.

Existen aspectos determinantes que marcan el camino de un emprendedor: el papel dentro del negocio, los objetivos personales que nos hemos marcado, el desarrollo personal ansiado y nuestras motivaciones. Todos los citados, son factores cruciales que impactan en nuestra percepción y comportamiento; es decir, estos son factores que marcan todas nuestras decisiones.

Por tanto, no sólo es importante todo lo que rodea al negocio, sino también, comprender lo que vivimos como sujetos. 

Debemos realizar un cambio de perspectiva, comenzando a mirar hacia dentro y generando mayor conocimiento sobre nosotros mismos.

La opinión de nosotros mismos, involucra emociones, motivos, rasgos, actitudes, comportamientos, metas y recuerdos autobiográficos; al conocernos a nosotros mismos podemos mejorar nuestra capacidad de aprendizaje, tener autoconciencia y afrontar mejor las situaciones.

Así, la autoconciencia es la habilidad de enfocar la atención hacia el interior y estudiarnos a nosotros mismos para ser auto-reflexivos. Esta disciplina implica aspectos de nuestro carácter, nuestras fortalezas y debilidades, nuestros propios deseos y también aversiones. Por tanto, tener autoconciencia nos ayuda a identificar los factores que nos alteran para posteriormente afrontarlos de una manera eficaz.

El tener conocimiento de nuestros propios pensamientos, de nuestras emociones y comportamientos nos lleva a un estado de autocomprensión, donde se muestra atención a nuestro interior para así tener la habilidad de evaluar las diferentes alternativas.

El emprendedor necesita no sólo centrarse plenamente en el negocio sino también en las personas que le acompañan en su aventura. 

Es muy importante tener en cuenta estos conceptos ya que el éxito dependerá en gran parte de ellos. Siempre hay que estar abierto al conocimiento, a autoevaluarse, a ser auto-reflexivos y a autoconocernos para tomar mejores decisiones cada día, es un trabajo constante que requiere mucha dedicación.

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